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Mostrando entradas de febrero, 2012
‘Tres hermanos viven en una casa: son de veras diferentes; si quieres distinguirlos, los tres se parecen. El primero no está: ha de venir. El segundo no está: ya se fue. Sólo está el tercero, menor de todos; Sin él , no existirían los otros. Aún así, el tercero solo existe Porque en el segundo se convierte el primero. Si quieres mirarlo No ves más que otro de sus hermanos. Dime pues: ¿Los tres son uno? ¿o sólo dos?, ¿o ninguno? Si sabes cómo se llaman Reconocerás tres soberanos. Juntos reinan en un país Que ellos son. En eso son iguales. "

La alargada Sombra del Amor

Estoy mecánicamente vivo, ya que mis dedos se mueven y mis ojos parpadean. Sin embargo, siento un profundo vacío. Como si me hubiera bebido una taza de té, se me hubiera hecho añicos en la garganta y me retorciera todos los puntos sensibles del cuerpo, sin tocar los órganos vitales, para que me quede aquí. Veo con claridad la hilera de árboles a la entrada del aparcamiento sacudidos por el viento, con sus sombras retorcidas, pero no oigo nada. Tengo la sensación de que me encojo y crezco al mismo tiempo. De no caber en mi propio cuerpo. Me siento como si yo mismo fuera demasiado grande para mi cuerpo. Es el vacío que se hincha y me hincha. Mis manos tiemblan como una garganta estrangulada. Las obligo a agarrarme los hombros, pero siguen temblando. Me miro las rodillas: parecen dos piedras grandes, y los tobillos dos piedras medianas. Lo demás tiembla. No es frío de verdad, es esa cosa nueva: el vacío. (La alargada sombra del amor. Mathias Malzieu) Y ahora, después del citado en es