Entradas

Mostrando entradas de 2013

11.11.11

"Sigue sin gustarme el queso, ni el tomate, ni nada que sea fruto de la tierra (menos las patatas). Me cuesta infinidad salir de la cama y para qué negarlo, a veces incluso meterme en ella. Tengo la costumbre de poner diminutivos o apelativos cariñosos a los que me rodean y no llamar por el nombre de pila. Mis dos ordenadores, difuntos ambos en la actualidad, estaban bautizados. Me encanta conducir y si es de noche y llueve, mejor. Soy de esa clase de personas a las que el estado anímico les sale por la planta del pie cuando llevan el coche, que aceleran sin querer cuando la música en la radio lo pide. De esas que cuando pasa alguien por su lado en la calle aspiran y ponen olor al desconocido que pasó (y contiene el aliento si prevee malos resultados). Soy un desastre, nunca llevo nada al día y siempre acabo dejando todo para el final. Puedo pasarme años sin limpiar el cuarto y no me molesta dormir con las sábanas arrugadas del día anterior, ni del anterior del ant

La cuenta está equivocada, pero cuadra.

"Existe una cosa muy misteriosa, pero muy cotidiana. Todo el mundo participa en ella, todo el mundo la conoce, pero muy pocos se paran a pensar en ella. Casi todos se limitan a tomarla como viene, sin hacer preguntas. Esta cosa es el tiempo. Hay calendarios y relojes para medirlo, pero eso significa poco, porque todos saquemos que, a veces, una hora puede parecernos una eternidad, y otra, en cambio, pasa en un instante; depende de lo que hagamos en esa hora. Porque el tiempo es vida. Y la vida reside en el corazón. " -Momo-

Reminiscencia de abril Vol.1: "Cementerio de elefantes"

Paredes desnudas, suelos revestidos de los sobrantes de los muebles, cajas al retortero bien etiquetadas. Vaciar el armario ha sido un tanto revelador. Ropa acumulada desde que prácticamente dejé de crecer (vamos, ropa desde mis 13-14 años mozos). Nunca he sido de tener mucha ropa, lo mismo por ese motivo podría contar una historia por cada prenda que sacara al azar (cosa que no voy a ponerme a hacer). Me he obligado a amar a mi nuevo cuarto desde el primer minuto dentro. Me he inventado una pasión con el pequeño vestidor al que he bautizado como "el escondite" para mantener la magia. Incluso he trasladado a mi familia gatuna a los pies de la cama para que el contenido emocional se multiplique por cuatro. Otra cosa no, pero convencerme se me da genial: estoy enamorada de mi nuevo cuarto y de mi escondite, de sus paredes blancas y del suelo de cerámica. Estoy convencida de ello. La ruptura ha sido complicada. El amor por convencimiento, en cambio, es más simple y rudimen

Hierba y barro

El tiempo vuelve a ser arrítmico. Tic- tic- tac- tic- tac- tac-. Duermo las mañanas, finjo las tardes y lloro las noches. Thor intenta cazar las sombras de los gorriones proyectadas en la fachada. Nalo persigue a Thor en sus rutinarias carreras por el patio. Nelly hace malabarismos para acostarse con dignidad a sus 119 años humanos y la barriga de Luna sigue en aumento -ya queda poco para que asomen Wio y sus hermanos-. Los miembros de esta familia que caminamos sobre dos patas continuamos con nuestra imperfecta linealidad. Somos como una función perfectamente amorfa. He visto tantas veces llorar a mi madre que no recuerdo la primera vez que lo hice. Un día perdí la capacidad de consuelo al más estilo humano -el abrazo- y en esa etapa me quedé atrapada modo bucle. Era pequeña y ella llevaba días metida en la cama, llorando sin motivos aparentes y queriendo morir sin motivos aparentes. Yo llevaba días que me colaba en su cama para abrazarla y llorar sin motivos aparentes, queriend

LOS CUATRO ELEMENTOS, por A.B. Toscano

Imagen
Mirame bien porque esto que ves no es una sola persona. Mírame a fondo porque aquí están todas las que me amaron y a las que alguna vez amé. Ellas me han hecho quien soy. Ellas me han querido, me han dejado y  me han dejado dejarlas. Ellas me han arrastrado por todos los estados del corazón, y, gracias a ellas, hoy conozco muy bien los cuatro elementos de la materia afectiva: enamorarse, estar enamorado, querer y amar. Enamorarse es fuego. Un proceso que y todo lo quema y todo lo consume, sobre todo a quien lo profesa. Como toda autocombustión, afortunadamente no dura para siempre. Nadie sobreviviría mucho tiempo a esa ceguera, a esa falta de cordura, a ese corazón. Pero tampoco sabríamos cicatrizar sin haberla sufrido nunca, ¿Quién no ha sido nunca pirómano por amor?¿Quién no ha fingido poder controlarlo?¿Quién no ha negado lo que era evidente? En esta hoguera de las banalidades, la madera que más prende es la fantasía, las llamas se tiñen todas de rojo pasión, el humo que nos

Hazte pajas positivas

Imagen
Uno es lo que es después de una paja. (Fisioterapeuta que no logró que tuviese cuádriceps pero que era divertido como pocos). Soy un gran defensor de las pajas. Hace unos años escribí una obra que se llamaba El Club de las Pajas. Mi pasión por las pajas proviene de la mala prensa que tienen. Siempre se habla de ellas con coña, con humor, como chiste, como una cuestión de segunda división. A mí me intrigan mucho las pajas, sobre todo lo que se esconde tras ellas. A veces es pasión no conocida, a veces amor desmesurado, a veces sexo, a veces vergüenza, a veces deseos ocultos. Las pajas dan más información de una persona que todos los datos que preguntemos. "Uno es lo que es después de una paja." Eso me dijo un fisioterapeuta. Me explicó que después de hacerte una paja, quien queda eres sólo tú. En esos dos o tres minutos después de la masturbación aparece la esencia de quién eres. También decía: "Las pajas son como suicidios exteriores. Es como matarte por fuera&quo

Carta a los Reyes Andaluces

Queridos Reyes Magos: ¿Qué tal van las cosas por allí? Se comenta que sois andaluces y al resto de España eso ya les sirve pero, yo, como andaluza, sé que no es información suficiente. ¿De qué parte sois? Apostaría que Baltasar viene de Almería, Melchor tiene más pinta de sevillano y Gaspar me suena a granaíno. Sería de agradecer que lo esclarecieseis por alguna parte :). Lo de que el año ha sido complicado ya lo habréis leído por activa y por pasiva, ¿no? entonces nos saltaremos directamente esa parte y os paso a comentar la cara buena: He vivido un mesecillo (o unas "vacaciones") en Madrid, planteando la posibilidad de no volver (aunque como veis sí, regresé). He cruzado el mapa y he visto y conocido en el norte unos aires diferentes, he llorado despidiéndome de sus calles, de sus playas y sus colores. He encontrado en 365 días momentos de plenitud, de amplias sonrisas y de tardes sentada en una roca con el mar salpicando mis zapatillas. He aprendido a patinar, sí,