Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2022

Echar raíces

Mi abuelo materno era un hombre pequeño, de la tierra, práctico. Lo recuerdo cantando, bebiendo, cortando el pan con su navaja de cortar todo y trabajando la tierra de sus parcelas. Era jefe de obra, él hizo la casa desde los cimientos y construyó los patios, sembró hortalizas y árboles que luego, a su vez, han dado frutos.  En los inviernos de mi infancia llegaban los camiones de leña a la puerta de su casa y mis primos, mi hermano y yo, nos encargábamos de recogerla. Como hormiguitas bajo su atenta supervisión la llevábamos hasta el patio, debajo de las escaleras que daban a otra de las terrazas de la casa. Terminábamos llenos de tierra y con algún que otro arañazo en las manos de las astillas de los troncos. Mi abuelo nos daba dinero en base a dos cosas: la edad y lo que nos colgara entre las piernas. Obviando esta pequeña injusticia que nunca, ni en mi más temprana edad llegué a comprender, me encantaba terminar cansada, con las manos magulladas y sucia hasta las cejas.  También di