Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2018

Blue

Y perdí el trabajo. Y soporté a mi padre. Y mi padre me perdió. Y perdí a M. Y perdí el tiempo. Y perdí mi lugar en el mundo. Y perdí oportunidades. Y perdí a mi abuela. Y estoy perdiendo el máster. Y con el máster, estoy perdiendo el gabinete y otros posibles. Y pierdo dinero, que no me queda. Y me estoy perdiendo. O ya estoy perdida.

"Antíduelo"

Y restamos. Se fue. Y cuando pase esta negación autoprotectora, lo mismo podré contar algo. Entre tanta resta, tanto duelo, he empezado a alargar la necesidad de quedarme durmiendo y soñando. Nada adaptativo, lo sé,  pero es un intento desesperado de maquillar la realidad y dejarla tan bonita como a mi abuela en esa caja de madera -que cierto es, estaba tan guapa que no parecía la misma que antes estaba en el hospital agonizando como la que quiere soltar su cuerda del esternón y volar y no la dejan-. Ayer, después de enterrarla, me dormí y soñé que se levantaba y ante el asombro de todos los demás repetía que no estaba muerta y que éramos unos exagerados. Hoy he soñado que M. estaba conmigo y me abrazaba y cuando le preguntaba que qué estaba pasando me decía que nunca lo habíamos dejado. En ambos sueños me dejaba engañar. No se estaba tan mal. De ambos sueños despiertas, claro. Curioso antídoto al duelo que, visto que no estoy lista para superar, me lo niega mientras no dependa d

Mono

Y estoy enfadada, se me acumulan los duelos, las cosas pendientes, las cosas que se van porque no esperan, la vida a todo coño. Sigo flipando con la capacidad de las personas de dejar de estar y punto, de pirarse y rehacer sus vidas y nada, soy una intensa y una exagerada. Y estoy triste, porque no paro de acumular pérdidas, de sentir que no quiero dar pena pero termino dándola, de sentir que no quiero darme pena y acabar riéndome de mi cara de gilipollas. Y estoy hasta el coño, porque sigo queriendo, mirando y a veces hasta llorando. Pero pocas veces tengo, o puedo, y encima me apuntas con el dedo. Y estoy...que si me muerdo la lengua, me enveneno. Odio echarte de menos.

Cara morada

Y llega octubre y con él vuelve se alejan las noches dando vueltas buscando el lado fresquito de la almohada y de las sábanas. Y entonces llega el tiempo del pijamita largo y de taparse, de Sombra calentando mis pies, o mis brazos, o no sé, la piel. Eso de que Dios aprieta pero no ahoga se está pirando de madre. Estoy morada y al mismo tiempo las burbujas de oxígeno parecen exageradamente buscadas a dedo para autoconvencerme de "otro poquito más". No entiendo a qué juega la vida, pero cuando salga de ella espero hacerlo subiendo esas escaleras como Jim Carrey en el Show de Truman y como los prisioneros saliendo de la cueva que tanto le gustaba a Platón. Sigo flotando suspendida de una mierdecilla de lazo agarrado al esternón. Sigo en proceso de dejar(me) ir. He dejado de buscar. ¿El qué? Pues ya me contarás, que yo no lo tengo muy claro.