Cambios de estación

Los misterios de la naturaleza. ¿Sabíais que en los cambios de estación -más en la entrada de otoño y de primavera- aumenta considerablemente el número o el empeoramiento de casos de ansiedad y depresión?.
En mi caso, de forma aislada así a lo largo de los años, la astenia primaveral me ha aplatanado levemente durante unas semanillas pero poco más y nada serio. Hacía años que la entrada del otoño no me llevaba a un estado asténico y duradero que me llevara a hacerme preguntas raras, existenciales, filosóficas y con interrogantes al final de cada frase.
De ese tiempo recuerdo perfectamente las mañanas en las que cogía el bus en el centro camino a la universidad, apoyaba mi cabeza en el cristal y era incapaz de que mi ritmo mental estuviera en la misma frecuencia que el resto del planeta. Entonces recibía un sms de buenos días de mi ex, ella sí estaba en esa frecuencia, creía esbozar una pequeña sonrisa y mi bloqueo frecuencial impedía que fuera capaz de contestar algo "a la altura de las espectativas", cosa que me hacía tener decenas de pensamientos de estos raros, existenciales, preguntas como que porqué queriendola como lo hacía era incapaz de ser como siempre, el porqué de mi desfase. Me agobiaba pensando en que no estaba a su altura ni a la del resto de las personas. ¿Qué había pasado conmigo?¿Porqué me sentía tan hueca?¿Donde estaba yo?. Tenia familia, pareja, amigos, y en ese momento trabajo y clases e independencia económica. Lo tenía todo, al menos todo lo que yo considero para estas completo, y estabilidad. Todo, menos a mí. Era como si un plomo dentro de mi cabeza hubiera hecho ¡pum! y hubiera dejado a oscuras todo, permitiendome tanto silencio cerebral que andaba como loca buscando el maldito interruptor. Interruptor que lejos de encontrarlo, me llevó a rendirme, esparcirme en la oscuridad y vibrar tan tan a nivel del suelo que como dije, acabó siendo una crisis silenciosa tremendamente escandalosa. Me aparté de mis amigos, en mi casa no salía del dormitorio, y bueno, fue una crisis enorme en todos los niveles. Es cierto que sin ser culpable de nada de esto..se refleja directamente en las personas de las que no te puedes "desprender", en la persona que más quieres. Acabas llorando hasta la saciedad, llegué a ser tan bestia y mi estado de crisis se hizo tan ruidoso que en un par de momentos de desesperación extrema acabé raspándome los nudillos en ataques estelares nocturnos a la pared (cosa que no recomiendo, y si la pared es de gotelé menos aun). Cuando pasas de crisis a depresión la cosa se complica y no solo por sentir la responsabilidad de no hacer daño a la persona que está contigo, si no que el estado se fomenta si esa persona, a pesar de que te quiera, utilice tácticas poco sutiles y éticas para que vuelvas a la realidad (vease llorarte todas las noches, amenazarte con dejarlo a pesar de "lo mucho que te quiere" o inventarse enfermedades). Un día te cansas de perder, te cansas del standby, te cansas de estar a oscuras y buscas desesperadamente volver a vibrar como siempre, conectarte, levantarte y recuperar todo lo que tu estado de crisis te ha hecho creer que no sabías si estaba o no aun, a tí mismo.
Y tal como vino, desaparece. La luz vuelve y toca arreglar conexiones, sonreir.
Toda crisis lleva a preguntas frecuentes desde el "porqué", pasando por el "qué me está pasando" y llegando al "Quién soy?". Toda persona la vive por lo menos una vez en su vida de forma notoriamente preocupante y otras decenas de veces casi imperceptiblemente para el ojo ajeno.
En mi caso, me parece haber pasado por dos grandes y largas (o una no superada del todo), muchas muy pequeñitas no preocupantes y este intento de serlo actual que me tiene tan en alerta. Bipolar perdida, lo mismo estoy enfadada con el mundo que lagrimeando viendo Glee, o ese maldito programa americano de Reforma por sorpresa. Mis emociones vienen y van de un extremo al otro y cuando noto la desconexión me entra el pánico neurótico a que la experiencia se repita y me enfado conmigo misma. Llevaba demasiado sobre los hombros desde la última vez y aunque quisiera esto no iba a pasar sin removerme un poquito.
¿Sabeis? Esto de las crisis es tan natural como "saludable". Es decir, las experiencias nos van cambiando, nos moldean, los mismos años provocan madurez neural, crecimiento psicológico (físico ya no creo que lo haga jaja). Cuando estamos en la misma frecuencia el ritmo frenético de la vida no nos deja asimilar la mayoría de esos cambios, hasta que nuestro cerebro tiene suficiente material para decidir por tí y decir: vamos a actualizar el sistema operativo. Entonces se desconecta momentaneamente, si tu ritmo no era vertiginoso, las actualizaciones serán más comunes, tanto que ni las notaras y tu PC intracraneal estará a punto en cuestión de un día, o dos como mucho. Si por el contrario el ritmo de tu vida superaba la normativa de la DGT tu cerebro estará colmado de pesadas actualizaciones que en cuanto vean un mínimo de reducción de velocidad aprovecharán para sacarte de mala manera del mundo real y proceder a la puesta a punto. te desconecta, tardas una semana, dos, y si se prolonga será un círculo vicioso del que tu sistema te sacará cuando tú decidas terminar el círculo. Porque cuando estás desincronizado algo positivo hay, y es que puedes hacerte con el control de ese ritmo, despacio, canalizar directamente todo lo que pase, y no transformarlo en otra "actualización en cola".
Lo que somos hoy, nos pasa factura en lo que somos mañana. Lo saludable son pequeñas actualizaciones cada cierto tiempo, frenando el ritmo de tus pies cuando las exigencias del guión piden otra cosa, anteponerte a cualquier cosa y si la actualización pesada llega, tomártela como unas mini vacaciones frecuenciales. Si uno se siente culpable por estar mal sólo conseguirá estar mal por sentirse culpable. Sólo es un sistema actualizándose. No se acaba el mundo :).

Escribir sobre lo que tu cabeza se encarga de escupir me sienta fenomenal, no se como me las apaño pero acabo dándome ánimos para todo.
Una cosa si que me pasa, llevo días preguntándome no sólo quién soy, si no cómo soy, qué reflejo en los demás. Me encantaría colarme dentro de toda persona que conozco y averiguarlo, encontrarme de alguna manera dentro de alguien que no soy yo, sentir quién soy para los demás, de cara al mundo.

Lo mismo después de todo, los cambios no son tan malos como parecen, ¿no?
Bienvenido Octubre. Se bueno, otoño.

Comentarios

  1. Buff, vaya pedazo de entrada, no sé ni qué comentar...

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  2. Vaya parrafada, jamía!!!!!!!!

    Ya verás cómo el otoño es bueno contigo ;)

    Besos

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