Mi vi(d)a láctea II : Reconstrucción

(19.5.11) "Sientes como cada partícula de tu piel se despega del mundo, cómo una fuerza superior lo desgarra y empuja. Sigues teniendo el mismo color de piel, el mismo color de ojos, pero tus partículas han sido reabsorbidas por ese gran núcleo donde chocan y dan forma a un cuerpo opaco. Te has desvinculado del mundo y a cambio tienes un lugar donde nadie consigue llegar. Te tienes a tí mismo hecho materia donde revolcarte, abrazarte, escucharte y sobretodo, ver atardeceres. Esta vez costará más abandonar el refugio, puede que un día hasta brote agua y ya tengas donde jugar a saltar piedras. Nadie hará más por tí que tú mismo en ese espacio en construcción.

Estoy de vuelta, mi pequeño amigo."


Pasaron meses desde mi última conexión. El silencio no ha sido tan evidente como los huecos en blanco de este espacio quieran hacerte ver. He tenido conexiones, hilos alternativos. La reabsorción hacia el centro de mí misma desprendió todo ápice de sentido empático con ningún humano. Activé respuestas automáticas para hacer ver que mi representación humana seguía viva e incluso bien, genial, y si no te lo crees...busca en cualquier foto y me verás sonreir.
Las cosas dentro eran diferentes, cuando empieza la primavera en mi habitáculo de la Tierra, en Eris las estaciones no existen, tan sólo los desastres naturales provocados por agentes que orbitan alrededor o por sobrecarga en el núcleo. Allí la materia es diferente, si mi corazón plutoniano es un tupper, la masa de la que estoy compuesta es la misma que la del suelo que piso, y esa compatibilidad, anula la aceptación de nadie más aquí dentro. Eso me permite estar sóla, me protege, pero funciona como aislante universal.
Diré que llevo más atardeceres a mis espaldas que el mismo Principito, que sigo mirando a la Tierra y sabiendo que mi misión aquí aun no ha terminado. Estoy trazando puentes y mis moléculas están atravesándolos y volviendo a la parte visible de mí misma, mi Yo terrícola.
Este espacio en construcción me necesitaba un poco más que yo a él, le aportaré conexiones secretas y a cambio tendré lo que más necesito, retroalimentación.
El mundo de los humanos me dejó de resultar hostil, ahora sólo lo veo indiferente (pero necesario). Si necesitaba un rescate en ello estoy, construyendo conexiones.

Con cada vuelta que doy sobre mí misma, mi querido Eris, más me retuerce el miedo a que la luz derrita nuestra capa de pintura y recaliente el tupper que dejé abandonado en algún lugar del espacio. ¿Y si alguien lo abre y se cuela sin querer?
Y tú, si acabas con él entre tus manos cuídalo, cruza uno de los puentes que conducen hasta Eris y devuélvemelo, quédate conmigo.

Comentarios

  1. Precioso. No esperaba menos de ti. Me voy a la cama contenta de que hayas hecho que esto resucite y que lo hagas de tan buena manera. Un beso.

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  2. Somos islas. Los puentes son ilusiones imaginarias que construimos para salvar las mareas, tranquilas o salvajes, que nos rodean. Lo bello es ser consciente de ello y construir un puente que permita alejarse y volver, alejarse...y volver. Siempre debe haber un camino de vuelta.

    Se te echaba de menos por aquí. Beso!

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