Tres tristes tigres

Siempre he odiado esa frase. Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Creo que en el ranking de frases hechas más repetidas ésa es una de las que ostentan al liderazgo. Creo, además, que es tan verdad universal que más que un inventor, tuvo un descubridor, como para todas las verdades absolutas del planeta y fijo que es traducible a todos los idiomas del mundo. Es inherente a la raza humana.

Precisamente hoy, mirando por el mundo whatsappero, la culpable de que esa frase me empezara a resultar un tanto incómoda la tenía puesta de "estado". Le encantaba. Podía repetírmela una media de dos veces al día a lo largo de los últimos cinco meses de relación. Al principio tenía un efecto parecido al de los anuncios siniestros de la DGT, me encogía el estómago, me entraba el pánico y pensaba "lo perderé y entonces sufriré como una condenada, por insensata". Con el paso del condicionamiento la habituación fue en aumento y ahora lo que pensaba se parecía más a un "¿será que tendría que arrepentirme, de verdad, de perder algo?". Para que su capacidad de generarme mal cuerpo no disminuyera, la susodicha añadió al tratamiento bonitas canciones dedicadas y accidentes inventados para que recordara siempre que un día lloraría por estar dejándola ir en un arrebato absurdo o de demencia transitoria. Dentro de dos días serán tres los años que han pasado desde que decidí dar el paso, el golpe de gracia. Dos días, dos pasos.
¿Sabéis? Mentía, por muy real que pueda sonar esa expresión no fue suficiente para que no dejara "lo que tenía" para tener algo más que el resto de la media. Ser feliz.  Pasara lo que pasase después.

Esta entrada no tenía que quedarse aquí ni así. Pero me he dado cuenta de que no merece la pena o no estoy preparada para escribir con objetividad de esos casi seis años de mi vida para terminar con una reflexión que de verdad merezca la pena. Hay cosas que no tienen sentido, y todo ese tiempo lo tuvo de una forma un tanto siniestra.

Solo diré que ciertamente, nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Yo nunca terminaré de saber quién era después de casi 10 años conociéndola, pero sí que tengo claro lo que gané por elegir la otra puerta. Y ya que ella se las apañe con sus mundos de cartón y sus historias para no dormir. Un día alguien l llevará al Diario de Patricia y llamaré como aludida. ¡Sería un buen final oigan! Para el mal trauma buen sentido del humor, jojojo


Comentarios

  1. Uala. Una reflexión muy acertada para una frase que me ha consolado tantas veces, si a eso se le puede llamar consolar. La próxima vez que recurra a ella me acordaré de esto y me hundiré en la miseria. Gracias! xD

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    1. Jaja espero que ciertamente no te hundas en la miseria, es una verdad universal, siempre que la pienses será ciert por H o por B :P

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  2. Yo creo que no es necesario perder algo para saber lo que se tiene. Pero hay que ser muy valiente para dejar a un lado algo a lo que estamos acostumbrados. Puede que la situación no sea la mejor del mundo. Pero se plantean dudas como "¿y si nunca volvemos a sentir?" De todas formas nunca nos debemos arrepentir de algo que hayamos vivido. No sé si esta también será una de esas frases hechas pero a mi me gusta, oye.

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