The final cut de los Floyd

 A veces me imagino sentada en el suelo de mi antigua terraza, con la espalda apoyada en los barrotes de la barandilla y el sol haciéndome entornar los ojos. Sombra se acerca y se pasea entre mis piernas justo antes de encontrar el espacio perfecto entre su silencio y el mío y dejarse caer. Me hace volver de ese color pardo rojizo del interior de mis párpados y noto que me empieza a sobrar el pijama de coralina. Siento el calor de ese final de invierno acariciando con ganas mi cara y pidiendo el resto. Soy capaz de dibujar mi pasotismo quitándome la ropa allí mismo, dejándome tocar por algo más que un vacío repleto de un murmullo que ahí no escucho cuando los Floyd susurran su Wish you were here. Respiro lento, me lleno de aire los pulmones, los huesos, los poros. Estoy en bragas en una terraza donde puedo ser vista por varios vecinos que, al igual que yo, están confinados. Mira, que le den a los vecinos. Que le den a la pandemia. Que le den a mi padre. Que le den a mi familia. Que le den a mi novia. Que le den a los Floyd. Que me den... Que me den con todo. 

Y ni tan mal.

Joder. Puedo sentir una soledad complaciente, tranquila. Me he dejado crecer los pelos de las piernas y del resto del cuerpo y no me ducho a diario. Me concentro en las cosquillas en las yemas de mis dedos al subir por mi cuerpo. El mundo yéndose a la mierda y yo tan plena, casi desnuda en una terraza con mi gato pegado a mí. 

Suena The final cut y he vuelto a cerrar los ojos.

Los abro. 

Estamos en el 22 y Sombra me espera tumbado en la entrada de mi nueva terraza donde solo vivimos los dos. Lo miro sentada desde el interior del piso. Sombra lleva meses pidiéndome volver a salir a conectar con la luz pero el clima, la falta de tiempo, mi ausencia... Peros. Me siento ausente de mí misma y cuando me siento dentro, me abruman las voces, la velocidad, el tiempo. No soporto el silencio y conecto Spotify en aleatorio.

¿Dónde quedan esos paréntesis donde solo estaba yo y estaba bien? 

Tal vez que el mundo se fuera a la mierda conmigo me daba paz. Ahora todo se complica. Veo el mundo irse a la mierda y no me importa demasiado. Pero no me gusta este ritmo, no me hago.

Necesito volver a ser un lugar tranquilo. 

O un lugar con sentido.

O que me den. 

Que me den con todo. 





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