Es raro.

"Es raro", así empecé ayer una entrada a primera hora de la mañana de ayer. No sabía muy bien qué quería decir con ello cuando lo escribí y derrumbé en borradores ni qué vendría después. Tal vez por eso se quedó tal cual, con una coma detrás que lo separaba del punterito tan hipnótico del ratón.
Sí, he usado una explicación de algo que no hice para empezar a hacer algo. Hoy tampoco sabía cómo empezar a escribir, pero mira, ya van como dos parrafitos.

¿Qué tal un "Ya terminé la carrera"? Pues sí, soy licenciada desde el 29 de Nov. (aunque no lo supe hasta ayer 10 de Dic. cuando "La Monja" se dignó a colgar las notas). Nunca un 5 me supo tan bien. Creo que recibí más felicitaciones que en mi cumpleaños y con seguridad me hicieron más feliz. Es más, creo que una tarta para celebrarlo me hubiera dejado toda la cara de cumpleaños sin ser yo nada de eso, oigan.

Y sí, es raro. Llevo unos días raros, con emociones raras y sensaciones raras. Creo que me estoy haciendo mayor desde antes de saber la nota. He estado preparándome el examen tranquilamente, con mis distracciones, mis horarios de naneo, mis cafés para no dormirme en la biblioteca y colores asturianos adornando mis apuntes. Me presenté al examen más segura de mí que de la corrección. Recuerdo perfectamente esa mañana con ese nudo en el estómago parecido al que llevé al examen de conducir hace ya 6 años (21 de Nov. de 2006).
Salí del examen con una sensación rara, sí, también rara. No fue lo que viene a describirse como un examen estupendo. Pero me mentalicé, me tomé mi día de "aceptación" y al día siguiente volví a bajar a la biblioteca a continuar estudiando para enero. Acepté una derrota antes de conocerla. Y no, no me vengáis con que eso está mu' feo. No lo hice en plan negativo ni pesimista ni derrotista. Valoré la situación y las variables implicadas y sopesando las probabilidades me adapté a ellas y continué con la constancia (total, tampoco es que tenga un trabajo al que dedicarle tiempo).

He dejado de soñar con matar personas y eso ya no me gusta tanto, me había acostumbrado a buscar formas de escapar sin esconderme, solo camuflarme, investigar y ZAS! en el fondo se libera muchísimas tensiones y se generan nuevos capítulos de TWD y pelis geniales de padres (sí, "las pelis de padres" son esas de dar leches y pegar tiros, hoy no me refiero a las guarrillas).

¿Y entonces por qué sigo rara? Pues no lo sé, pero me gusta. Vi a mi Richard Gere, mi amigo B. y me encantó abrazarle, me invitó a un croasant digno de mojar tu ropa íntima y hoy comeremos juntos para celebrar que ya no soy universitaria (shit!, eso ya no me parece digno de celebración!).
Justo el día antes de conocer la nota hablaba con Grillo sobre qué pedir a los Reyes. Mi-respuesta-fue-un-tanto-puke-y-me-da-vergüenza-comentarla pero la primera parte venía a decir que me pedía aprobar Técnicas. ¡Y se ha cumplido! He sido mi propio regalo navideño número 2.
Pero sigamos con lo de rara. Llevaba mucho tiempo sin "quietud" mental. Uno puede ser feliz a trompicones, con sus más y sus menos, sus áreas desadaptadas, sus capítulos de vida a medias, sus recibos devueltos y sus no trabajos.
Han sido un par de años muy complicados, he vivido con las emociones al retortero, recolocándose y descolocándose (a veces en ese orden), confrontando mis propias decisiones, asumiendo las que no me pertenecen y aceptando, aceptando muchas cosas.
Me he convertido en la mejor versión de mí misma. Nunca he querido de una manera tan sana y nunca antes me había sentido tan bien con tanto por detrás. Sigo teniendo miedo, paso miedo cuando las emociones positivas me desbordan (por si las pierdo) y paso miedo cuando las negativas se asoman (por si me pierdo). Sigo siendo un desastre con baja tolerancia a la frustración en lo referente a algunos términos familiares, sigo siendo una desadaptada frustrada y psicosomática. Sigo siendo un sumatorio de "N". Me gusta esta sensación rara, es sencilla y parsimoniosa (aunque no sepa describirla bien).

A nivel circunstancial no soy la persona más afortunada del mundo, a nivel humano a veces encuentro el mejor sitio. Me siento con suerte por las personas con las que comparto mis cosas. Por cada abrazo y por cada sonrisa. Tengo la suerte de ser una minúscula parte de ellas y aunque (la mayoría) estén lejos doy las gracias por ser parte de sus rutinas.
Entrada desordenada, semipopi y simple. Rara. Me estoy haciendo mayor.

Siento que me estoy relajando. Los Mayas deberían saber que ya tengo un plan para el día 21, mi (perfecto) regalo navideño número 1.
Por preguntar..¿se puede asistir al fin del mundo en pelotillas?Espero que no se me bufe el pelo mucho, la humedad de la costa me convierte en toda una Brequette.

Ya mismo contraste verde y azul :)




Comentarios

Entradas populares de este blog

Hazte pajas positivas

Libreta. 4 de junio de 2023.

Querida Yo