Plan B

Entró con los pies más pesados que el plomo y salió como la que acaba de comprarse unos nuevos: rara, pero ni tan mal. La vuelta a casa, a 35º a la sombra, fue probando la mecánica extraña que se había instalado entre las cejas y poco a poco, lo que parecía haber empezado con un "¿por qué no?"  se estaba convirtiendo en un irremediable "Te toca ya". 

¿Dónde estaba cuando se trataba de ella? Había aprendido a dibujarse en torno a las cosas que la rodeaban, a las personas que entraban o pasaban por su vida o incluso al tiempo que decidía cuándo estaba más o menos presente. Había pasado una vida en contexto, agarrando los pinceles y dejando para el final lo que verdaderamente más importa y sin importarle demasiado. 

-¿Y tú qué necesitas?

- ...

- ¿Te has planteado qué es lo que necesitas tú?

- No lo sé.


"No lo sé" ¿Cómo coño no iba a saber qué necesita? Nuria toma nota y N. imagina que en esa nota escribe "esta pava está perdida". 


- Barcelona. Necesito cumplir con Barcelona.


Nuria reta, N. esquiva, excusa, se pierde. Nuria escribe, N. se pica. Marcamos Barcelona y ahora, sola con sus pies nuevos pero raros y de camino a casa no puede perdonarse su ausencia y desmarca los cuadros a medias mal protagonizados. Nos vamos a Barcelona.

El proceso cuesta. Cuando estás metida en una espiral que gira siempre en la misma dirección, invertirla o simplemente pararla sin salir mal parada es una utopía. Y así pasa. La corriente empuja y empuja y no quiere que N. salga sin al menos hacerse notar. El tejado vuela, las paredes encogen y las fuerzas flaquean. Pero las ganas ganan. Siente que más perdida que en ese cuadro donde poco pinta no va a estar. Y no le importa lo que se lleve por delante y se pone a ella por delante. La culpa aprieta pero no lo suficiente, se agarra al equipaje e idea un plan. 

Y menudo plan ☺.  


Comentarios

Entradas populares de este blog

Hazte pajas positivas

Libreta. 4 de junio de 2023.

Querida Yo