"No vale borrar, ni tachar, ni releer, ni entender..."

 Como si mi vida fuera una pirámide de naipes a punto de venirse abajo por intentar poner las cartas correctas en una base construida regular. Así me siento conforme avanzan los martes y salgo de terapia con la herida más abierta. 

Vivir en constante supervivencia, con el casco y la capa puesta me ha hecho desbloquear niveles del juego por los que algunos ni tienen que pasar, o pasan más tarde. Y no es problema, gracias a ese casco, esa capa y a ese fusible incansable en mi cabeza, soy muchas cosas buenas que sé pero que ahora me cuesta mirar.

Ahora que las aguas se calman, que veo el fondo y mis pies en ellos, ahora que empiezo a distinguir herida y cicatriz, a notar toda esa tristeza que a espuertas escondía en el cajón desastre y ese miedo a ser tan pequeña, a no estar a la altura, a perder la pirámide, la capa, el fusible, la defensa. 

Ahora salgo cada martes un poco más nerviosa, sintiendo como una mano me empuja hacia mi pasado, a esas cartas mal colocadas. Me empuja y me dice que mire y que me queje y que deje ya el papel de persona correcta, conciliadora y comprometida (otra vez la palabrota). Que saque algo que no sé sacar hacia mi madre, no puede ser otra persona. No. Hacia mi madre. Y no sé escribir un reproche sin peros. 

Joder. 

Y no sé qué me ha pasado que tanto intentar localizar esa rabia me he encontrado el saco lleno de miedo y de pena y no sé localizar más emociones entre tanto que gira todo mientras yo estoy en ese ojo del huracán esperando a ser arrastrada donde sea, pero lejos de esta falsa tranquilidad, esa quietud turbia y rara mientras escucho el viento acercarse y veo mi vida desapareciendo por los aires. 

Y no sé qué siento dentro de este vacío grande ni lo que seré después de la sacudida, si seguiré teniendo sentido aquí o tendré que construir de nuevo. Si tendré que seguir perdiendo (mierda, ¡no estoy perdiendo!).

Y sin embargo sé que estoy en el mejor momento de mi vida, aunque ahora mismo me cueste explicar el porqué. 

Y ya cuando toque fondo y suelte amarras, vemos qué pasa. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Hazte pajas positivas

Libreta. 4 de junio de 2023.

Querida Yo