Borrador: Agosto 2010

Los días emos asolaron el territorio neural de mi cabeza. Bloqueo sustancial de la positividad, cansancio, falta motivacional, emociones contradictorias..todo apuntaba finalmente a que o había perdido el norte, o a que necesitaba hacer algo diferente (a pesar de mi falta de ganas). Y esque los estados así son de lo peorcito, porque dirigen tu rumbo en dirección completamente contraria a lo que verdaderamente necesitas.
Un estado emo se potencia con conductas emos: canciones tristes, pensamientos catastróficos-autodestructivos-depresivos, sentimiento de soledad potenciado por ganas de estar solo por no apetecerte nada. En fin, si nos paramos a pensar friamente, aunque todos tengamos nuestros dias flojos y durante las 24 horas del dia no se pueda estar feliz, el ser humano se ciega tanto en la tristeza que siente que sin querer se encapsula entre conductas que solo la fomentan cuando el tiempo transcurrido en esa cápsula es superior a 24 horas.
He pasado unos días un poquito así, las conductas emo las he controlado casi, casi en su totalidad, pero los pensamientos es algo que va más allá y que aunque los contrarrestes a base de la inclusión de pensamientos anti-emos eso es lo más que consigues, contrarrestar. El truco está en soportar sin dejar avanzar, equilibrar, y cuando el viento sople a tu favor ganar terreno. Ayer, el viento sopló a mi favor.
Reunión armadillera una vez más para ver el partido que nos ha dado paso a los octavos en el mundial. No tengo ni la más minima gana de que el mundial concluya para España, y no por el campeonato, sino por ellas. Quedan pocos días para dar fin al año lectivo y con él, ellas se irán cada una a su pueblo, o de vacaciones, por ahí. El caso es que me encanta demasiado estas reuniones, las risas, la comida basura, los helados de la tentación...creo que este verano las voy a echar más de menos de lo habitual, por suerte, será solo un mes y medio que entre unas cosas y otras pasará extremadamente rápido :).
Pero no sólo fue la reunión armadillera lo que me permitió seguir ganando pasos. Ella, aunque no se lo haya dicho, contrarrestó más que cualquier pensamiento alegre. Tenía tantas ganas de esconder la cara en su cuello que me faltaron momentos para hacerlo. Mira que con el tiempo me ha ido dando más "cosilla" mostrarme tan lapa delante de ellas, pero no sólo era justo y necesario, simplemente "Si queremos a alguien y no se lo decimos...¿De qué nos sirve ese amor? "(Camino). Lo bonito de quererse no es decirlo, es tener la oportunidad de notarlo y demostrarlo.
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