La fuerza mayor

Ey, holi.

Cosas de la vida llevo unos días curioseando y hurgando en el pasado de este blog, el cual se encuentra a las puertas de cumplir una década. Mentiría si dijese que no he sentido de todo perdiéndome en algunas entradas y que no se me ha escapado alguna que otra sonrisa recordando cosas que, sin estar escritas como tal, para mí están más que presentes. Lo que es indiscutible es que lo que más he hecho ha sido reírme a carcajada limpia, de esas que te ponen coloraítas las orejas y la cara y todo y no por nada "sepsual" xD.
Nueve años, para ser exactos, de idas de pinza, declaraciones de intenciones, descripciones muy puke rainbows y un montón de veces que repito el verbo "aprender". Me encanta, me encanta haberlo repetido tanto y tantas veces irme metiendo carajazos cada vez más estilosos contra ese supuesto aprendizaje. De verdad que leerme y ser capaz de reírme de aquellos tan lejanos dramas me hace relativizar el presente. Es genial saber que cuando llegue a los cuarenta me causaré las mismas risas que me está causando (sin maldad) la que he sido yo hace tanto.
Fuera coñas, he aprendido, de verdad. Alguna que otra cosa se sigue matizando, pero oye, es que aunque ahora sea la Noe sabia de 2009, también soy la Noe ignorante de 2029. Y me encanta. Ojalá poder seguir escribiendo para luego hacer esto y no sé, ver con perspectiva, que es lo que nos mantiene vivos.

Tenía pensado volver a escribir sin sonar extraña ni irme por los mundos de yupi (conseguido) y hacer un resumen de todos estos años (creo que esto queda un poco en no conseguido).
Mi capacidad de síntesis no es muy buena cuando se trata de buenas historias, ¡así podría empezar las primeras líneas de mi biografía! Puede que enganche, aunque luego esté vendiendo la moto y lo que cuente no sea más que una parte de la vida de una misma que, oye, todo sea dicho... Es mía y ya.

Voy a pasar de resumir, al menos por ahora. A cambio voy a hacer alguna que otra confesión que no estaría de más dejar por aquí porque me parece que el diario está como con alguna laguna por no perjudicar las altas sensibilidades de algún que otro lector en algún momento de esta historia.

Por ejemplo:
- Se sabe y es conocido que lloré un poco, largo y tendido cuando la relación se rompió con la famosa "Ella". Sí, creo que lo dejamos un total de tres veces. Sí, me rompió la patata un montón y me generó un poco trauma emocional. Sí, pasé por todos los estados emocionales y sí, fue la mejor dieta de mis 30 años. Lo que no se sabe es que entre tanta frustración, a primeros de 2011 creé un blog top secret donde me pasaba a soltar el lastre que por aquí no podía. Hablaba de intentos de sentir cosas, hablaba de cosas sentidas de verdad, y lo que más hacía....escribir cartas a todas sus catástrofes. Despotricaba todo mi enfado, eso sí, siempre de una forma amorosa, porque así me lo hacía sentir (pardilla hasta decir "hasta el infinito, guapi"). Vaya, ese blog desapareció porque me trajo algún que otro problemilla, y pasó a la nada sin pena ni gloria. No pasa na'.

- Es cierto que si empecé siendo un "de puertas para afuera", ahora soy casi una completa "de puertas para adentro". El proceso ha sido progresivo, desde contar al mínimo detalle vergonzoso lo que sentía haciendo qué cosas con una chica hasta ir hablando de cosas que van más allá del amor romántico, hablar de mí, por ejemplo, pasando todo el rato por dentro. Supongo que es complicado hablar de según que cosas que no están tan socialmente aceptadas como las relaciones interpersonales románticas, con sus rupturas y sus dramas. Sí que he hablado sin tapujos de unos años duros en casa, y por ello no hace falta volver a hablar de ellos, al igual que de la penúltima mudanza (porque ha habido otra más). Hay cosas del hoy de las cuales no me encuentro con ganas de hablar, ni hace falta, oiga, por ahora.

- No estoy en el mejor momento de mi vida, pero sí en el más importante, sin duda alguna. Después de todo, ¿cómo se sabe que se está en el mejor momento? En cambio sí que puedo asegurar que estoy en el más importante. Soy yo (la que sigue aquí, nanananaa), tomando decisiones, poniendo la vista en qué quiero ser y olvidarme de los objetivos conocidos como tal. Mejor crear "sistemas", patrones conductuales que sin quererlo me hagan alcanzables resultados favorecedores.

- La vida es demasiado corta para esperar.

- Vamos a hacer que suceda. ¿Qué se necesita? Tener claro qué es lo que quieres que suceda y hacer focus en ello.

Ya, sé que no tiene nada que ver con la línea argumental que estaba siguiendo pero, joder, esos últimos puntos son mi Yo más tangible ahora mismo. Y yo he venido aquí a hablar de mi libro.


Buenos días, buenas tardes y buenas noches.

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