El caso es cumplir
Va a costar.
Diría que escribir el día después de una fuga de realidad no está muy recomendado y que los tintes deprimentes que se puedan percibir tienen el origen en este estado post-festivalero. Pero no, el "durante" también tuvo sus cositas y sus noches de no dormir mucho dialogando con la almohada.
Ay, la almohada, my best friend forever.
A estas alturas de la película ya debería tener hecho el cuerpo a los cambios de actitud. Pero estoy de revisión. He cambiado de táctica demasiadas veces en el último año para que las cosas volvieran a su sitio, y hace un par de noches me pregunté hasta qué punto "su sitio", el que existe(ía) en mi cabeza es su verdadero lugar. También di por hecho que la pelota no tendría que estar en mi tejado porque no tenía problemita en este asunto de pares, pero va a ser que el problemita es de dos, y que la pelota también es mía. ¿Y lo que yo quiero?¿Y lo que yo necesito? No se trata de "yoes", ni de abandonar a la primera de cambio, ni de egoísmo. Se trata de saber hasta dónde se puede dar y hasta cúando se puede estar de prestado. Se trata de lo que quiero. Yo. Por una vez sólo se trata de lo que quiero y de lo que necesito. Y ya no es que estemos en el mejor momento, es que el momento siento que ya está un poco pasado.
Va a costar, creo que ya más que pensar toca decidir.
Por otra parte, estos días me han recordado lo mucho que necesito perderme de vez en cuando con música por todas partes que bailar aunque no sepa y cantar aunque lo haga fatal. He tirado demasiado de móvil, más de lo que me hubiera gustado, pero creo que es un daño colateral por sentirme un poco encajando un poco a la fuerza. Di muchos abrazos, y las viejas amistades han dado el toque de gracia al sentimiento festivalero. Y echar de menos. Eso le da mucho sentido a otras tantas.
Pienso cumplir mi amenaza de ir a Barcelona. No sé cómo y en este punto no sé ni las condiciones del acuerdo, pero iré.
Va a costar, pero todo se va viendo.
Diría que escribir el día después de una fuga de realidad no está muy recomendado y que los tintes deprimentes que se puedan percibir tienen el origen en este estado post-festivalero. Pero no, el "durante" también tuvo sus cositas y sus noches de no dormir mucho dialogando con la almohada.
Ay, la almohada, my best friend forever.
A estas alturas de la película ya debería tener hecho el cuerpo a los cambios de actitud. Pero estoy de revisión. He cambiado de táctica demasiadas veces en el último año para que las cosas volvieran a su sitio, y hace un par de noches me pregunté hasta qué punto "su sitio", el que existe(ía) en mi cabeza es su verdadero lugar. También di por hecho que la pelota no tendría que estar en mi tejado porque no tenía problemita en este asunto de pares, pero va a ser que el problemita es de dos, y que la pelota también es mía. ¿Y lo que yo quiero?¿Y lo que yo necesito? No se trata de "yoes", ni de abandonar a la primera de cambio, ni de egoísmo. Se trata de saber hasta dónde se puede dar y hasta cúando se puede estar de prestado. Se trata de lo que quiero. Yo. Por una vez sólo se trata de lo que quiero y de lo que necesito. Y ya no es que estemos en el mejor momento, es que el momento siento que ya está un poco pasado.
Va a costar, creo que ya más que pensar toca decidir.
Por otra parte, estos días me han recordado lo mucho que necesito perderme de vez en cuando con música por todas partes que bailar aunque no sepa y cantar aunque lo haga fatal. He tirado demasiado de móvil, más de lo que me hubiera gustado, pero creo que es un daño colateral por sentirme un poco encajando un poco a la fuerza. Di muchos abrazos, y las viejas amistades han dado el toque de gracia al sentimiento festivalero. Y echar de menos. Eso le da mucho sentido a otras tantas.
Pienso cumplir mi amenaza de ir a Barcelona. No sé cómo y en este punto no sé ni las condiciones del acuerdo, pero iré.
Va a costar, pero todo se va viendo.
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